Quiero,
mas no puedo. Las lágrimas no salen... Es como si hubiese visto la
tormenta aproximarse, como si las nubes se hubiesen tornado con el
gris oscuro en el enorme deseo de ahogarme, pero alertándome, que
los tiempos más oscuros no tardarían en llegar; y la decepción que
llevo dentro solo era un aviso aquélla tarde, de que al abrir mi
corazón, doy también la llave del dolor a quien no la merece, y se
la quito, a quien nunca darla debió.
No hay sensatez en lo más profundo del agua y tampoco la hay en la profundidad del ser. No hay lógica en los versos del político hodureño, así como tampoco la hay en las ideas de un alma que sangra dolor y coagula culpa.
No hay error en los versos escritos con sentimiento, pero sí los hay en aquéllos escritos con ira... Y esta noche de Octubre mi alma sufre por decepción de nuevo, esperando a que llegue el día en que, por lo menos, no lo haya visto venir antes, y no me carcoma el remordimiento atroz ni, mucho menos, la culpa.
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