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“El amor, madre, a la patria no es el amor ridículo a la tierra, ni a la yerba que pisan nuestras plantas; es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca” ― José Martí

martes, 17 de febrero de 2015

Carta a mi niña de 12 años

Para mi querida soñadora con alma aventurera:


La vida sigue siendo como un sube y baja...
Tendrás, y no creas por favor que serás la única en tener, momentos de extrema tristeza, pero no te enamores de ese sentimiento pues mira pequeña: el dolor es real, candente pero también es inconstante, tanto como la felicidad y la decepción, así como las piensas. La vida va pasando y no te culpes por la ansiedad; solo anda, piensa, ¡pregunta como deseas! Porque aunque no me lo creas, las preguntas te llevarán muy lejos... Niña de grandes sueños y personalidad exploradora, ¡no temas jamás! Ni vayas a olvidarte de aquéllos sueños que tanto deseas porque SÍ se cumplirán.

No importa cuánto te hagan sentir mal, sola e incluso olvidada e ignorada... Pues mira que entre más importancia le das al dolor... Éste menos te aporta. ¿Crees que cambiando esa dulce y tierna personalidad impondrás presencia y fuerza en ese mundo de maldad que tanto te afecta? Pues te diré que sí, pero, luego no serás feliz porque habrás dado un paso hacia ellos y no hacia ti.

No dejes de estudiar y competir por buenas notas porque a los diecinueve desearás irte de intercambio como no tienes idea... Y las buenas notas son importantes querida. Aunque eres necia, te conozco pero solo quiero que seas feliz, créeme.

No cambies por favor aún si contra muchas fuerzas, soledades y maldades lucharás aunque sean otras distintas a la de las novelas que siempre deseas comenzar a escribir... Nena de mente libre y cuerpo pequeño... En tu cabeza está lo más valioso que en la vida necesitarás así que no lo vayas a dejar en espera por cosas o personas que no valen tu dolor ni tus penas... Por ultimo, quiero decirte ¡que te atrevas! Hazlo y ríe, sé tu misma, sonríe, escribe, sueña... Pero hazlo, hazlo y no lo dejes de hacer jamás. Deja la computadora a un lado y solo úsala en momentos necesarios, a la larga me lo agradecerás. A pesar de tener 12 años ve a jugar y seguir viviendo las aventuras que aún hoy tanto disfrutas. Ve mi querida nena, y vive la vida a tú manera.

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