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“El amor, madre, a la patria no es el amor ridículo a la tierra, ni a la yerba que pisan nuestras plantas; es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca” ― José Martí

sábado, 11 de enero de 2014

A 3 Lempiras la Patria

Hace mucho tiempo, las coca-colas valían menos de un lempira, los frescos y churros también. Ahora un bebé cuesta 100  y el orgullo y los valores, menos de tres. En los ojos de hondureñas y hondureños se ve la angustia, que compartiéndola como un cigarro, carcome por dentro al que la inhala, matándolo también. No hace poco, las sonrisas de los niños por las calles abundaban, ahora es todo peligro y temor. La última bala es la que resuena en el corazón, y no es de plomo, sino de traición. Cada vez que en los oídos de algún inocente chiquillo, retumba el sonido de un arma, de una amenaza, de una extorsión o secuestro, es traición a la patria, a la familia y al orgullo. Cada asesinato es para todos un pedazo de fe que nos arrebatan, tanto el callar como ignorarlo es también traición a lo que somos y a lo que debemos defender. Existe traición por miedo también.


Vivimos en un país que ha pasado desde una guerra por el fútbol, hasta la más grande rebelión... Fuimos conocidos durante un tiempo como los rebeldes, pero yo prefiero decirnos, los de la revolución. Somos hondureños y también estuvimos en lo alto cuando nuestro libertadores nos regalaron la patria y el honor, ¿por qué dejar ahora, que aquéllos que profanan contra esta tierra, que atacan en contra de su bien y el nuestro, logren vencer al final? Es una injusticia... Hermanas y hermanos, vivimos una guerra no declarada directamente pero sí de una manera indirecta, una guerra en donde luchamos en contra de nuestras más grandes pesadillas y miedos, una guerra que nos pide que burlemos a la muerte cada vez que salimos a las calles, cada día de nuestra vida; una guerra que nos incita a escondernos en nuestras casas por temor, a encadenarnos al conformismo y el pesimismo... Pero yo les digo a ustedes, porque los quiero, porque amo a Honduras, que esto cada vez se pone peor y es momento de luchar. Pero no se trata de salir a las calles a pedir ¨libertad para el pueblo¨ pues libertad en palabras es igual a la nada, si no hay acción. Para ganar esta guerra habrá que negarnos ante las tentaciones y mordernos la lengua antes de profanar contra el país... Y habrá también que pensarlo dos veces antes de pertenecer al grupo de humillantes personas que en lugar de defender a su nación, prefieren ver hacia otros rumbos...  Sobre todo, habrá que ser valientes para quitarse estas cadenas que no se ven pero sí se sienten... Y dejad que los malinchistas se humillen ellos mismos con sus actos de traición al país que siempre los acogió sin criticarles, pues a los puros y nobles a la patria, tarde o temprano, les será recompensado y con honores, su leal amor.

2 comentarios:

  1. Tezla, me encanta tu forma de escribir. La forma en como te expresas es maravillosa. Estoy muy alegre por vos, por ese hermoso don que tenes. Animo, segui así.. y como siempre digo: Animo, hay mucho que decubrir y aun muchos libros por leer.

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    1. Manuel muchísimas gracias y disculpa que hasta este momento respondo, agradezco el apoyo que me das y con sinceridad te digo que a mi de igual forma me gusta el estilo cómico y a la vez fluido con el que escribes, también me alegra el hecho de que te guste tanto la escritura, tienes toda la razón con tu dicho, sabes que te apoyo en cualquier proyecto. Yo le agregaría a la frase un ¨ y también mucho por mostrar¨...

      ¡Mucha suerte amigo! Y a seguir escribiendo.

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